CÓDIGO DE ÉTICA
DIGNIDAD: Es inviolable y debes respetar y proteger de toda persona. En el ejercicio de la profesión y vida privada, estás obligado a que tus actos están irradiados en el respeto de los derechos humanos, ya que solo de esa manera existirá congruencia en la construcción permanente de tus virtudes.
CONFIDENCIALIDAD: El cliente es lo más importante para esta firma jurídica, por lo que debes guardar celosamente la información que se dé a conocer en cualesquiera de sus expresiones.
DILIGENCIA: El ejercicio de la profesión de abogado demanda tiempo en calidad, por lo que debes dedicar lo necesario a cada uno de los asuntos con la misma importancia, orden, pulcritud, saber, habilidad y todas las virtudes que hacen a un buen abogado. De manera de que cuando descanses lo hagas con la mayor satisfacción del deber cumplido.
EXCELENCIA: El abogado se distingue por el vasto conocimiento de las normas jurídicas, tratados, jurisprudencia y cultura general, por lo que debes actualizarte a diario dando prioridad a las materias que has decidido especializarte, de manera que tengas autoridad sobre su conocimiento y habilidades para ejercerlas.
HONESTIDAD y HONRADEZ: Al cliente se le habla con la verdad sobre la probabilidad de su éxito en su caso, sin falsas expectativas; tenemos presente que cada peso que se gana por el ejercicio de la profesión se justifica con el trabajo sujeto a todos los principios de este código, evitando cualquier acto ventajoso a la confianza que se deposita o cualquier otro acto que afecte la reputación.
HUMANISMO: Comparte tu saber sin egoísmo o envidia, recuerda que debes cobrar bien por lo que haces, ya que tu trabajo es valioso, demanda tiempo y esfuerzo, inclusive, horas extras que dejas de ocupar con la familia.
INDEPENDENCIA: Actuar y decidir respondiendo exclusivamente al interés de la justicia, patrocinio, representación o defensa del cliente, evitando toda influencia externa que ponga en riesgo el racional juicio que se deba tener en todo momento.
PRUDENCIA: Antes de dar una opinión jurídica, piensa una y otra vez, si lo que vas a decir tiene sustento legal, jurisprudencial y ético, por lo que debes estar debidamente convencido entre las posibilidades de una defensa, cuál es idónea para el cliente; evitando propuestas de soluciones basadas en ocurrencias.
LEALTAD: El cliente confía en ti su asunto, por lo que debes guardar fidelidad a la palabra que das en garantía de plena confianza; de manera que sienta seguridad de haberle elegido para defender sus intereses.
PROFESIONALISMO: El compromiso de ser estudioso del derecho durante toda la vida que ejerzas la abogacía, es la base sobre la cual descansa el respeto a tu investidura y constituye una garantía para el cliente sobre el conocimiento que tienes de las normas jurídicas, éticas y morales.
RESPETO: En todo momento se debe mantener el decoro en el trato con los clientes, autoridades y toda persona, evitando palabras o actos que demeriten la saludable relación humana que debe existir. Es elemental un lenguaje y actitud adecuado al oficio de abogado.
Cuéntanos tu situación